Artrosis (gonartrosis) de la articulación de la rodilla.

Un traumatólogo ortopédico diagnostica artrosis de la articulación de la rodilla.

La artrosis (gonartrosis) es un cambio patológico en la articulación de la rodilla que tiene un curso crónico y puede progresar con el tiempo. La enfermedad se extiende a todos los componentes de la articulación de la rodilla: cartílago, hueso subcondral, meniscos, membranas sinoviales, ligamentos, cápsulas y músculos periarticulares.

La articulación de la rodilla, que conecta el fémur y la tibia, está sometida a grandes cargas durante toda la vida y se lesiona periódicamente. A veces, los daños menores pasan desapercibidos de inmediato, pero se hacen sentir en la segunda mitad de la vida. En este sentido, el daño articular se detecta a menudo en personas mayores. Sin embargo, los jóvenes también padecen patologías en las articulaciones de la rodilla derivadas del deporte o de un estilo de vida activo.

Para mantener la máxima movilidad y un alto nivel de vida, debe consultar a un médico ante el primer problema en la articulación de la rodilla. Traumatólogos ortopédicos experimentados diagnosticarán su afección y le recetarán el tratamiento necesario.

Tipos de artrosis de la articulación de la rodilla.

Dentro de la articulación, los huesos están cubiertos con tejido cartilaginoso, lo que proporciona absorción de impactos, un deslizamiento suave y también evita que los huesos se froten entre sí. El tejido del cartílago se nutre gracias al líquido sinovial ubicado dentro de la articulación y a la sangre que fluye a través de los vasos.

El cartílago tiene una estructura esponjosa, por lo que cuando está en reposo absorbe líquido y cuando está cargado lo desplaza. Al mismo tiempo, durante los movimientos, el cartílago recibe constantemente microtraumatismos y durante el reposo se recupera.

Si el resultado de una lesión mecánica excede la capacidad de restauración de la articulación, entonces no hay suficiente nutrición para el cartílago y, como resultado, no se produce la regeneración. El daño se acumula y cambia la estructura del tejido cartilaginoso. Así comienza la artrosis de la articulación de la rodilla.

Dependiendo de los motivos que la provocaron, la artrosis de la articulación de la rodilla se suele dividir en dos tipos: primaria y secundaria.

gonartrosis primaria

Los cambios degenerativos que ocurren en la articulación están asociados con la edad. Entre los motivos que lo provocan se encuentran los siguientes:

  • degeneración o degradación natural debido a una desaceleración de los procesos metabólicos en el cuerpo;
  • exceso de peso corporal;
  • estilo de vida sedentario;
  • desnutrición;
  • predisposición genética.

Como regla general, la gonartrosis primaria afecta a ambas rodillas a la vez y se llama bilateral.

gonartrosis secundaria

La artrosis secundaria de la articulación de la rodilla puede ocurrir a cualquier edad, ya que puede ser causada por:

  • diversas lesiones: hematomas, fracturas, dislocaciones, roturas y esguinces de ligamentos o meniscos;
  • enfermedades de las articulaciones: artritis reumatoide, osteocondritis disecante, gota, gonitis, etc. ;
  • trastornos vasculares regionales;
  • sobrecarga de las articulaciones de la rodilla durante la práctica de deportes o debido a las características específicas del trabajo;
  • enfermedades endocrinas;
  • Curvatura de las piernas en forma de O y X.

La artrosis secundaria de la articulación de la rodilla aparece con mayor frecuencia solo en una pierna y se llama unilateral.

En casos raros, se identifica gonartrosis idiopática, una enfermedad que ocurre sin ninguna razón aparente.

Etapas y síntomas de artrosis de la articulación de la rodilla.

Independientemente de cómo apareció la artrosis de la articulación de la rodilla, los expertos distinguen tres etapas de su desarrollo, que se determinan durante un examen de rayos X. Cada etapa va acompañada de síntomas característicos:

  • Nivel 1– dolor leve que aparece después de un ejercicio prolongado, al subir escaleras, después de un ejercicio intenso y que desaparece después del descanso. No existen restricciones de movimiento, pero a veces puede producirse una hinchazón sutil de la articulación. Esta condición, si no se hace nada, puede durar años; en este momento, el cartílago apenas comienza a perder su suavidad debido a un suministro deficiente de sangre. Una radiografía mostrará un ligero estrechamiento del espacio articular y endurecimiento de los huesos.

  • Etapa 2– el dolor se vuelve intenso y dura bastante tiempo incluso con un esfuerzo ligero. Se escucha un crujido durante la flexión y extensión de la articulación. Resulta imposible doblar la pierna por completo debido al dolor intenso. Hay una ligera deformación, atrofia muscular y movimiento limitado. El dolor se puede aliviar con analgésicos o desaparecer por sí solo después del descanso.

    En esta etapa, la capa cartilaginosa ya se adelgaza considerablemente, en algunos lugares hasta el punto de desaparecer. El líquido sinovial se vuelve más espeso y viscoso, lo que perjudica sus propiedades nutricionales y lubricantes. Aparecen osteofitos: crecimientos óseos.

  • Etapa 3– el dolor aumenta y preocupa constantemente, incluso de noche. La deformidad de la articulación se vuelve notoria, la marcha cambia y la parte inferior de la extremidad se dobla. El rango de movimiento en la articulación de la rodilla se reduce: la pierna no se puede doblar ni estirar por completo. Al caminar hay que utilizar apoyo en forma de bastón o muleta. Los analgésicos ya no ayudan.

    El cartílago se borra casi por completo, los huesos se compactan y el espacio articular se estrecha considerablemente o falta. Se observa la presencia de muchos osteofitos.

Se puede identificar un síntoma común de artrosis de la articulación de la rodilla: dolor de intensidad variable, localizado a lo largo de la superficie anterior-interna de la articulación.

Diagnóstico

Si observa síntomas similares al desarrollo de gonartrosis, debe consultar a un médico. En la cita inicial, el médico recopilará una anamnesis, comprobará las capacidades biomecánicas de la articulación y prescribirá los exámenes necesarios. Asegúrese de informarle sobre las lesiones y enfermedades sufridas, estilo de vida, nutrición, medicamentos tomados y características laborales.

La forma más informativa y sencilla de confirmar o refutar un diagnóstico es una radiografía de la articulación de la rodilla: permite realizar un diagnóstico diferencial, determinar el grado de desarrollo de la artrosis y controlar el proceso de tratamiento.

Sin embargo, los signos radiológicos aparecen mucho más tarde que los cambios morfológicos. Por lo tanto, en las primeras etapas, la gonartrosis es difícil de detectar incluso mediante radiografía. En tales situaciones, el médico puede prescribir una artroscopia, un método muy preciso para diagnosticar cambios en las articulaciones utilizando un equipo endoscópico especial.

Los métodos de investigación adicionales son la ecografía y la resonancia magnética, que se prescriben cuando la radiografía no proporciona suficiente información.

Tratamiento de la artrosis de la articulación de la rodilla.

Después del diagnóstico, el médico selecciona el tratamiento óptimo, según la etapa de la enfermedad y las características individuales. Esto resuelve tres problemas:

  • alivio del dolor;
  • detener la progresión de la patología;
  • restauración de la funcionalidad articular.

El especialista selecciona una solución integral que puede adaptarse durante el proceso de tratamiento.

En la medicina moderna, existen muchas formas de tratar las enfermedades de las articulaciones. Todos ellos se pueden dividir en tres tipos: conservador, mínimamente invasivo, quirúrgico.

Método conservador de tratamiento de la gonartrosis.

Generalmente se utiliza en las etapas 1-2 de la artrosis de la articulación de la rodilla. El tratamiento comienza reduciendo la carga en la articulación; el paciente debe evitar una carga vertical excesiva en la articulación: saltar, correr, etc. Si es necesario, se recomienda adelgazar. El médico recomendará una dieta y seleccionará una serie suave de ejercicios que reducirán los impactos axiales y mejorarán la nutrición del tejido cartilaginoso.

Para mejorar la circulación sanguínea en el área de la articulación, aumentar la amplitud de movimiento y también mejorar el efecto de los medicamentos, se prescribe fisioterapia:

  • terapia de ondas de choque: impacto a corto plazo en el hueso y el tejido conectivo con pulsos acústicos de amplitud significativa de baja frecuencia;
  • electroterapia – exposición del área afectada a corriente eléctrica, campos magnéticos o electromagnéticos;
  • terapia con láser: exposición a la radiación óptica generada por un láser;
  • fonoforesis: exposición al área afectada mediante ultrasonido y aplicación de medicamentos sobre la piel;
  • electroforesis: exposición del área afectada a la electricidad.

Los masajes, las compresas, el uso de ortesis y el kinesiotaping también han demostrado su eficacia en el tratamiento de la artrosis.

Además, una terapia farmacológica bien elegida ayuda a aliviar el dolor, detener la inflamación y ralentizar el proceso de destrucción del tejido cartilaginoso. Para ello, se prescriben antiinflamatorios, medicamentos hormonales, antiespasmódicos y condroprotectores. Pueden ser en forma de tabletas, inyectables o tópicas, según la situación.

Método mínimamente invasivo para tratar la gonartrosis.

Si los procedimientos anteriores no surten efecto, el médico puede prescribir inyecciones intraarticulares:

  • Ácido hialurónico: como sustituto del líquido sinovial para mejorar la fricción, reducir el dolor y mejorar la función de la articulación de la rodilla. La duración media de acción del fármaco es de 3 a 6 meses;
  • plasma propio enriquecido con plaquetas: para nutrir y restaurar el tejido cartilaginoso;
  • corticosteroides – para reducir la inflamación.

Método quirúrgico para tratar la gonartrosis.

Si el tratamiento conservador resultó ineficaz o si primero acudió a un especialista con la tercera etapa de artrosis de la articulación de la rodilla, el médico puede recurrir a una intervención quirúrgica:

  • artrodesis: inmovilización artificial de la articulación afectada en una posición fisiológica para eliminar el dolor;
  • desbridamiento artroscópico: saneamiento de las articulaciones mediante un artroscopio;
  • osteotomía correctiva – eliminación de deformidades óseas mediante fractura artificial;
  • Endoprótesis: sustitución de una articulación desgastada por un implante creado artificialmente a partir de materiales biocompatibles.

El médico elige el tipo de operación en función de las características de la artrosis de la articulación de la rodilla. Pero la endoprótesis se considera el estándar de oro, ya que le permite volver por completo a su estilo de vida normal. Al mismo tiempo, un buen implante no requiere reemplazo dentro de 15 a 30 años. Para recuperarse completamente después de la cirugía, es necesario someterse a un curso de rehabilitación que dura entre 3 y 4 meses.

Complicaciones

La gonartrosis se desarrolla con bastante lentitud, pero se puede detectar a tiempo y comenzar el tratamiento necesario. Ignorar la enfermedad y sus síntomas puede tener graves consecuencias:

  • dolor constante que no se alivia con medicamentos;
  • inmovilidad completa de la articulación enferma;
  • incapacidad para apoyarse en la extremidad lesionada;
  • deformación articular severa y curvatura de las piernas;
  • daño a otras partes del sistema musculoesquelético;
  • acortamiento de la pierna.

En situaciones particularmente difíciles y en ausencia de un tratamiento oportuno, la artrosis puede provocar discapacidad y deterioro de la actividad motora, incluso hasta el punto de inmovilidad.

Es importante recordar que es imposible curar completamente la artrosis. Pero es muy posible detener la progresión de la enfermedad y mejorar la calidad de vida.

Prevención

No existe ningún tratamiento preventivo para la gonartrosis. Pero se recomienda a las personas en riesgo que sigan ciertas reglas:

  • asegúrese de que su peso no exceda la norma de edad;
  • no practique deportes que ejerzan mucha presión sobre la articulación de la rodilla;
  • si es posible, curar completamente las enfermedades infecciosas sin causar complicaciones;
  • no se enfríe demasiado ni se canse demasiado;
  • evitar lesiones y sobrecargas de la articulación;
  • evitar situaciones estresantes;
  • no te olvides del descanso;
  • participar en terapia de ejercicios;
  • use zapatos ortopédicos.

Los grupos de riesgo incluyen personas mayores, deportistas y bailarines. También puedes añadir aquí a aquellos que llevan un estilo de vida sedentario, están mucho de pie en el trabajo o levantan pesas y tienen sobrepeso.

Cualquier cambio en el eje del miembro inferior o en la biomecánica normal de la articulación, displasia, disminución del volumen y fuerza de los músculos de las piernas o traumatismos también pueden provocar artrosis.

Hágase controles periódicos y tome medidas preventivas.

Pregunta respuesta

  1. ¿Cuál es la diferencia entre artritis de rodilla y artrosis de rodilla?

    La artritis es el nombre colectivo de la inflamación de la articulación y la artrosis es un proceso degenerativo-distrófico.

  2. ¿Qué médico trata la artrosis?

    Traumatólogo-ortopedista o reumatólogo.

  3. ¿Es posible practicar deporte con artrosis de la articulación de la rodilla?

    Deben evitarse cargas pesadas y prolongadas sobre la articulación, así como impactos axiales. Pero no debes excluir por completo los deportes de tu vida: cuando te mueves, tus articulaciones se "nutrin" y restauran mejor. Es importante observar la medida y seguir las recomendaciones del médico, quien seleccionará el tipo y modo de ejercicio.